viernes, 16 de marzo de 2007

Cápsulas de felicidad

A un hombre que sufre se le trata como a un borracho. "Vamos, arriba, basta, bueno, ya basta, no te pongas así, basta..."

Es cierto que, sufriendo, se pueden aprender muchas cosas. Lo malo es que, al haber sufrido, hemos perdido la fuerza para servirnos de ello. Y saber simplemente es menos que nada.

Cesare Pavese (1908-1950) El oficio de vivir. Traducción de Esther Benítez, 1979.

Leo en la solapa del libro:
Cesare Pavese no creyó haber dominado el oficio de vivir: su existencia transcurrió en estado de "premuerte" desde poco después de la pubertad hasta la noche de verano en que se mató. La soledad, la incomunicación estuvieron en él y con él siempre, agravadas por la serena lucidez de su espíritu- fruto agrio de tormentos y obsesiones interiores- y por la seguridad que le daba el saberse dueño absoluto de otro oficio, el oficio de poeta

Foto, cortesía-si es que nos dio el permiso- de bichito.


3 comentarios:

Gret dijo...

Qué poco visitados... ni la niña, ni Irene, yo ya deje de comentar hace tiempo... ahora me mola la voz, que da más morbo... hay dos tertulias en la podcastfera... una el vienes y otra mañana... buscáis podcastfera y culturalia y hay están las dos... entran 20 personas hispanas y españolas... pero solo hablamos cinco... y algunos tienen nivelazo... la mejor yo :D.

Exagerada dijo...

El sufrimiento está sobrevalorado, el peso de la moral cristiana. También se puede aprender de la vida con una visión alejada de la premuerte, si es que hay algo que aprender.
Be(r)sos para todos.

Javier Rada dijo...

no, el sufrimiento no vale la pena, pero un eterno sonreir acabaría por volvernos locos. El problema es como piensas aprender de la vida sin (intentar) comprender la muerte? no son la misma cosa?