sábado, 10 de marzo de 2007

¡España a tiro de piedra!




Joder, Caín, ¡cuanto te gusta el flamenco, el toreo y la tortilla de patatas, maricón!
Hoy se manifiestan, claro. Es ley de piedras en esta España bicéfala: a falta de un buen cordero, asesinarían a sus primogénitos; el primer artículo en nuestra constitución.
Un vez más, si les dejas, Iberia se fragmentará en millones de lágrimas apátridas, inquisitivas, ¿quién lapidó a España?, gritarán. Se manifiestan, claro. Porque la locura es cuestión de Estado, y el oficio más antiguo el de lapidador. Nadie merece tanta irresponsabilidad. Ni De Juana Chaos. Si Obi Wan levantara la cabeza. Si la Fuerza bruta dejara de ser fuerza. Piedra a piedra, el mundo acabará hecho chichones.
Piensa en lo peligroso del lenguaje esgrimido estos días, ese odio contenido con pinzas democráticas, el lema de empapar con gasolina cada rincón, todo hogar, en espera de un rayo salvador. ¡Que su dios nos ampare! Porque la razón nos abandonó por imperativo electoral.

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