Nunca regales la luna a nadie. No están preparados. Los viejos sufíes esperaban a que germinase la flor en su interior, aguardaban con paciencia en la primavera del cambio climático. ¡Imagina el regalo en las sucias manos de Aznar, o del cacique de Teherán, o en las barbas de un talibán, o en el mondadientes de Condoleezza Rice! Que no. Que la utopía es para ti y para mí. Así de egoístas. El amor no se regala. ¡La luna es nuestra!
Si lo haces harán de ella monstruo con muchas cabezas. Ya lo hicieron con las religiones, la filosofía o la ciencia.
Si me engañas una vez será culpa mía..., dice el refrán.
*Dibujo originalmente publicado en la serie Sucedió en Lluevemontón, de Eneko Las Heras
1 comentario:
Seguro que hay alguien que sí se la merece. Seguro. No me hagáis pensar que no, anda...
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